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Jueves, 03 de Diciembre de 2020
El Instituto de Química Orgánica General del CSIC ha participado en un estudio en el que se han medido los niveles de contaminantes en el polvo de las estaciones antárticas Gabriel de Castilla y Julio Escudero y el buque RRS James Clarke Ross

IQOG – CENQUIOR. - La Dra. Begoña Jiménez y el Dr. José Luis Roscales, del grupo de Análisis Instrumental en Medio ambiente, Alimentos y Salud del Instituto de Química Orgánica General del CSIC (IQOG-CSIC), han publicado recientemente un estudio que ha medido los niveles de compuestos retardantes de llama hallados en muestras de polvo recogidas del interior de la base antártica española Gabriel de Castilla, la estación chilena Julio Escudero y el buque británico RRS James Clark Ross en su recorrido del mar antártico desde Punta Arenas hasta el Pasaje de Drake. 

El estudio, que ha sido publicado en la revista Environmental Research, ha medido compuestos retardantes de llama, como polibromodifenil éteres (PBDEs), o hexabromociclododecano (HBCD), entre otros. Se ha concluido que la exposición humana diaria a estos compuestos a través de la ingestión de polvo durante las estancias y expediciones antárticas no suponen un verdadero riesgo para la salud, aunque es necesaria cierta cautela por el auge en el uso de nuevos compuestos químicos sin un perfil toxicológico ampliamente conocido.  

La baja humedad antártica hace que el uso de retardantes de llama sea fundamental, debido al alto riesgo de incendios que existe en las estaciones de investigación. Los centros y barcos antárticos, la ropa y material técnico, junto al transporte atmosférico a larga distancia, se han convertido en fuentes locales de retardantes de llama en estas regiones. 

Este estudio también ha concluido que la concentración de estos compuestos en el polvo de las estaciones antárticas refleja los niveles y el perfil de los contaminantes con respecto a los de su país de origen, en consecuencia de que los materiales y mobiliario son mayoritariamente transportados desde estos países. Igualmente, la concentración varía de unas salas a otras, habiéndose localizado mayores niveles en las áreas comunes con presencia de un mayor número de muebles y productos tecnológicos, como comedores, laboratorios, almacenes o pasillos. 

En este estudio han participado investigadores del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC (IDAEA-CSIC), la Universidad de Siena, la Universidad Mayor de Chile, la Universidad Andrés Bello de Chile, la Universidad San Sebastián, el Research Centre for Toxic Compounds in the Environment (RECETOX) y el Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (INCAR). 

Simonetta Corsolini, América Metzdorff, Davide Baroni, Jose L. Roscales, Begoña Jiménez, Elena Cerro-Gálvez, Jordi Dachs, Cristóbal Galbán-Malagón, Ondřej Audy, Jiří Kohoutek, Petra Přibylova, Matias Poblete-Morales, Ruben Avendaño-Herrera, Elisa Bergami, Karla Pozo. Legacy and novel flame retardants from indoor dust in Antarctica: Sources and human exposure, Environmental Research, 2020, 110344, ISSN 0013-9351, https://doi.org/10.1016/j.envres.2020.110344
 

Jueves, 22 de Octubre de 2020
El Instituto de Química Orgánica General del CSIC colabora junto a otras 19 instituciones de investigación en esta iniciativa internacional que pretende comparar la presencia de contaminantes orgánicos en el aire urbano de 20 ciudades de todo el mundo

IQOG - CENQUIOR.- La Dra. Begoña Jiménez, del grupo de Análisis Instrumental en Medio ambiente, Alimentos y Salud del Instituto de Química Orgánica General (IQOG) del CSIC, participa en  un estudio publicado recientemente, que se inició en 2018 bajo el paraguas de la Red de Muestreo Pasivo Atmosférico Global (GAPS, en sus siglas en inglés. Global Atmospheric Passive Sampling) denominado GAPS-Megacities, cuyo objetivo es medir los niveles de contaminantes orgánicos persistentes a los que están expuestos aquellas personas que residen en grandes ciudades.  

En este estudio se han medido y comparado los niveles de contaminantes orgánicos persistentes y otras sustancias químicas de preocupación emergente de un total de 20 de las principales ciudades del mundo: Toronto, Nueva York, Ciudad de Méjico, Bogotá, Santiago de Chile, Sao Paulo, Buenos Aires, Londres, Madrid, Varsovia, Estambul, El Cairo, Lagos, Nairobi, Nueva Delhi, Calcuta, Bangkok, Pekín, Tokio y Sídney. 

Los resultados confirman la presencia en el aire de diferentes clases de retardantes de llama, incluyendo compuestos organofosforados (OPE) y bromados como los polibromodifenil éteres (PBDE), el tetrabromobisfenol A (TBBPA) y el hexabromociclododecano (HBCDD) y otros retardantes de llama halogenados (HFR). Los retardantes de llama son sustancias que se añaden a los materiales combustibles para evitar o disminuir los incendios. De entre todos estos compuestos, destaca la presencia de los OPE frente al resto de contaminantes orgánicos analizados. 

Las ciudades de Nueva York (EEUU) y Londres (Reino Unido) son las que mayor concentración total de retardantes de llama presentan. Sus niveles son entre 3 y 30 veces mayores en comparación con el resto de ciudades objeto de estudio. La concentración total encontrada en estas dos ciudades va desde los 14000 a 16000 pg/m3, seguidas de Tokio, Pekín, Lagos, Toronto y Sao Paulo con concentraciones entre los 2000 y 4000 pg/m3. El resto de ciudades, entre las que se encuentra Madrid, presentan concentraciones de entre 500 a 1700 pg/ m3.

Este estudio también ha detectado una correlación significativa entre el Producto Interior Bruto (PIB) y la presencia de estos contaminantes. De esta manera, cabe suponer que, a mayor PIB, mayor presencia de este tipo de compuestos. El PIB de los países está relacionado, entre otras cosas, con la producción de productos comerciales que, cada vez más, usan retardantes de llama, plastificantes y otros aditivos. 

El estudio GAPS- Megacities ha permitido desarrollar un método para identificar las concentraciones de este tipo de contaminantes orgánicos en el aire a escala global. Es, además, el primer estudio que mide y compara la presencia de contaminantes de la clase “retardantes de llama” en grandes áreas urbanas de todo el mundo. En una segunda fase y futuros trabajos de este proyecto, se pretende relacionar los diferentes perfiles de este tipo de contaminantes, además de metales traza, con una amplia gama de indicadores de toxicidad, con el objetivo final de vincular la exposición a estos contaminantes a posibles efectos en la salud, teniendo en cuenta que la mayoría de la población mundial reside en áreas urbanas. 
 

Viernes, 18 de Septiembre de 2020
El Instituto de Química orgánica General (IQOG-CSIC) desarrolla diversos proyectos enmarcados dentro de la Plataforma Temática Interdisciplinar PolarCSIC. Recientemente, ha publicado un estudio sobre la presencia de sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) en el agua, superficie o microcapa y aerosoles del océano Antártico.

IQOG-CENQUIOR.- El grupo de Análisis Instrumental en Medio Ambiente, Alimentos y Salud del Instituto de Química Orgánica General (IQOG-CSIC) ha publicado recientemente un estudio en colaboración con el Instituto de Evaluación Ambiental e Investigaciones del Agua (IDAEA-CSIC) que ha medido los niveles de sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) en el océano Antártico. 

Las sustancias perfluoroalquiladas son un grupo muy diverso de sustancias con aplicaciones industriales y comúnmente aplicados a productos de consumo debido a su alta estabilidad química y propiedades tensoactivas. Son usados, por ejemplo, en componentes electrónicos, o debido a su capacidad para repeler el agua y la grasa en la industria textil o envasado de alimentos. Sin embargo, muchos de estos compuestos han sido declarados como tóxicos en las redes alimentarias terrestres y acuáticas e incluidos recientemente a través del Convenio de Estocolmo en la lista de Contaminantes Orgánicos Persistentes a eliminar o cuyo uso y producción ha de minimizarse. 

La publicación de este estudio (Enrichment of perfluoroalkyl substances in the sea-surface microlayer and sea-spray aerosols in the Southern Ocean) supone el primer trabajo que mide la presencia de estas sustancias simultáneamente en agua de mar, la microcapa de la superficie del mar y los aerosoles marinos. De esta forma, se ha podido estudiar la dinámica de estos contaminantes entre distintos compartimentos del ecosistema marino y así avanzar en nuestro conocimiento sobre su dinámica y transporte hasta regiones remotas como la Antártida. Se concluye que la transferencia de sustancias perfluoroalquiladas desde el océano a la atmósfera mediante la formación de aerosoles marinos (pequeñas burbujas que se forman cuando el viento incide sobre el océano produciendo olas e incorporándose a las masas de aire), puede ser relevante para el transporte atmosférico a larga distancia de estas sustancias en la Antártida y el océano global. 

 

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Sobre PolarCSIC

El grupo de investigación de Análisis Instrumental en Medio Ambiente, Alimentos y Salud del Instituto de Química Orgánica General forma parte con este y otros proyectos de la Plataforma Temática Interdisciplinar (PTI): “Observatorio de zonas polares: Horizonte 2050” junto a otros grupos de investigación de diferentes instituciones del CSIC que trabajan de forma activa en la Antártida y el Ártico. La creación de esta plataforma viene justificada por el interés en la investigación polar y la gran cantidad de grupos que desarrollan sus proyectos en estas zonas. Mediante la coordinación conjunta de más de 200 investigadores de hasta 15 instituciones del CSIC y desde una estrategia interdisciplinar común, los resultados científicos esperables en el futuro pueden verse incrementados y mejorados. 

En un contexto en el que las zonas polares están sufriendo cambios drásticos que repercuten en todo el conjunto del planeta, el interés en el estudio de la Antártida y el Ártico se debe a la necesidad de comprender y evaluar estos cambios, así como su repercusión afecta directamente a la dinámica climática, oceanográfica y ambiental de latitudes “extrapolares” y como la actividad y la explotación de los recursos puede llegar a tener un impacto negativo en el medio ambiente. 
Entre los objetivos de PolarCSIC se encuentran: definir y validar indicadores de cambio y su tasa de variación; modelizaciones numéricas que permitan establecer escenarios futuros; desarrollar proyectos de innovación tecnológica para mejorar la adquisición de datos y sistemas de monitorización; evaluar los peligros y riesgos derivados de los cambios en las zonas polares y, por último, incrementar la conciencia social sobre los cambios que sufren los polos y sus consecuencias medioambientales. 

El Instituto de Química Orgánica General junto al Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) desarrolla actualmente el proyecto ANTOM (Transporte y biogeoquímica de los contaminantes emergentes y la materia orgánica antropogénica en el océano austral), cuyo objetivo principal es el estudio del transporte y biogeoquímica de contaminantes orgánicos emergentes tanto en el océano Antártico como en el Atlántico. 

Para elaborar este estudio se realizarán dos campañas oceanográficas. La primera campaña recorrerá latitudinalmente, de España hasta el cabo de Hornos, buena parte del Océano Atlántico. Con ello se pretende entender mejor cómo viajan estos contaminantes desde las zonas de producción, más desarrolladas, a través de las diversas latitudes del planeta. La segunda campaña, que está planificada para el año siguiente, se realizará propiamente en el océano Antártico. 
 

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Viernes, 31 de Julio de 2020
El dispositivo utilizará biomoléculas que imitan la superficie de la célula donde se adhiere el SARS-CoV-2 y que podrían atrapar al virus y detener su propagación

Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) está desarrollando un spray bucal antiviral que utiliza unas biomoléculas (polisacáridos) para simular la superficie celular donde se adhiere el coronavirus y poder así atraparlo y detener la infección.

En caso de confirmar que estas moléculas logran detener eficazmente la infección, el spray podría ser un antiviral aplicable a diversos virus, ya que incide en el mecanismo que usan muchos de estos microorganismos para entrar en las células. Si los resultados son exitosos, el spray podría desarrollarse y comenzar a utilizarse en un tiempo breve, ya que se trata de moléculas de origen natural o ya empleadas con fines clínicos. El proyecto, liderado por los investigadores Julia Revuelta y Alfonso Fernández Mayoralas, del Instituto de Química Orgánica General (IQOG-CSIC), está financiado por el CSIC a través de su Plataforma Salud Global.

“Actualmente se cree que la infección comienza en las cavidades buco-faríngeas, por lo que la formulación de un spray en base a dichas moléculas permitirá crear, tras su administración, una barrera en la que las partículas del virus queden atrapadas perdiendo así su capacidad infectiva”, explica Revuelta. “Incluso en el caso de que la infección ya haya comenzado, su uso neutralizaría las partículas virales provenientes de la replicación en células infectadas en esta fase incipiente, inhibiendo la propagación de la infección hacia la zona pulmonar y disminuyendo, por consiguiente, la gravedad de la infección”, agrega.

Imitando la ‘puerta de entrada’ del virus a las células

“Igual que otras familias de virus, el SARS-CoV-2 utiliza carbohidratos presentes en la superficie de las células epiteliales para adherirse y progresar en la infección”, explica Revuelta. “En particular, se ha propuesto que el virus se adhiere a polisacáridos de la superficie celular de tipo sulfato de heparano (moléculas de una estructura similar al anticoagulante heparina) a través de la proteína Spike, la glicoproteína de la envoltura viral, antes de unirse al receptor celular ACE2”, detalla Revuelta.

En base a estos conocimientos, el grupo de Glicoquímica Biológica del IQOG-CSIC liderado por Revuelta y Fernández-Mayoralas desarrolla el proyecto de spray antiviral. “El objetivo es obtener un spray basado en polisacáridos que mimeticen a los sulfatos de heparano de la superficie celular”, indica Revuelta.  “La estrategia, conocida como trampa señuelo, consiste en “engañar” al virus para que se adhiera a los miméticos de manera que el virus neutralizado quede atrapado, frenando el proceso de infección”, detalla la investigadora.

“Si confirmamos que estas moléculas logran detener eficazmente la infección, podríamos conseguir un antiviral de amplio espectro, ya que interviene en el mecanismo que utilizan muchos virus para entrar en las células”, añade. “Por ello, los resultados podrían adaptarse rápidamente a otros virus emergentes, logrando incluso protección contra futuras pandemias”, augura la investigadora.

 

CSIC Comunicación

 

Lunes, 04 de Mayo de 2020
La creación de la Plataforma Temática Interdisciplinar: “Observatorio de zonas polares: Horizonte 2050”

La creación de la Plataforma Temática Interdisciplinar: “Observatorio de zonas polares: Horizonte 2050” viene justificada, tanto por el claro interés nacional/internacional en la investigación polar como por los numerosos grupos del CSIC de diversas disciplinas que trabajan en la Antártida y Ártico de forma activa y con resultados científicos de relevancia. Los resultados científicos esperables en el futuro  pueden incrementar/mejorar trabajando en conjunto y desde una estrategia interdisciplinar.

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